El Confidencial: La noticia
La falta de electricidad en Guinea Ecuatorial no es solo un problema técnico, sino una prueba del colapso de un Estado incapaz de garantizar lo más básico a su población. Desde el viernes 6 de enero, barrios enteros han quedado sumidos en la oscuridad durante las noches sin ninguna explicación por parte del gobierno. En el barrio de Hacienda la Natividad (San Juan), uno de los más afectados, los apagones son constantes, y el miedo se ha convertido en la norma. La imagen de la portada en la que aparece la ciudad de Malabo durante uno de los largos y frecuentes apagones, explica por sí sola lo que esta ocurriendo en nuestro país.
Pero no es solo este barrio: incluso en pleno casco urbano se han producido apagones. Esta crisis energética no solo limita la vida diaria de los ciudadanos, sino que además alimenta la delincuencia y la inseguridad. En cuanto se corta la luz, las bandas y ladrones salen a la calle, aprovechando la oscuridad para asaltar a la gente. La reacción de la población es de pánico: se encierran en sus casas temiendo ser víctimas de la violencia.
Un impacto directo en la salud y el hambre
Más allá del miedo y la inseguridad, la falta de electricidad tiene consecuencias devastadoras para la alimentación y la salud pública. Sin luz, los frigoríficos dejan de funcionar, los alimentos se pudren, la gente pierde su comida y el hambre aumenta. En un país donde la malnutrición ya es una amenaza seria, esto agrava aún más la crisis alimentaria. ¿Cómo se puede permitir que en un país que ha manejado miles de millones en ingresos petroleros, la gente no pueda ni siquiera conservar alimentos básicos?
Mientras el pueblo sufre, Teodorín despilfarra

Mientras el pueblo llora, ellos ríen
Lo más indignante es que, mientras la población sufre en la más absoluta oscuridad, el “vicetodo” Teodorín Obiang se pasea por el mundo con lujos obscenos, gastando el dinero de todos. Entre sus fiestas extravagantes, sus coches de lujo y su yate de más de 100 millones de dólares, está claro que el bienestar del pueblo no está entre sus prioridades.
Es para echarse a llorar: barrios enteros sin luz, niños estudiando con velas, familias enteras sin poder refrigerar sus alimentos… y al mismo tiempo, Teodorín celebrando en su yate con dinero que debería destinarse a infraestructuras básicas.
Silencio y negligencia del régimen
Lo más escandaloso de esta situación es que el gobierno no da ninguna explicación. No informa, no busca soluciones, simplemente ignora la desesperación de la población. Mientras la gente sufre en la oscuridad, el régimen de Obiang sigue disfrutando de sus lujos, sin preocuparse por el desastre cotidiano que han provocado con su corrupción y mala gestión.
El Partido del Progreso tiene un plan
El Partido del Progreso ha dejado claro que, en un futuro gobierno democrático, la electricidad será una prioridad desde el primer minuto. No se puede reconstruir Guinea sin luz, sin una infraestructura eléctrica fiable que garantice la seguridad, la alimentación y el bienestar de los ciudadanos.
Desde el día uno, se deben instalar grupos electrógenos en los barrios más afectados y comenzar con urgencia la reparación o sustitución total de la infraestructura eléctrica. La energía no es un lujo, es una necesidad básica y un derecho fundamental.
El fin de la oscuridad está cerca
Guinea Ecuatorial no puede seguir en tinieblas. La oscuridad en la que el régimen ha sumido al país, tanto literal como figurativamente, debe terminar. El pueblo tiene derecho a vivir con dignidad, con luz en sus hogares y sin miedo en las calles.
Mientras Teodorín sigue de fiesta, el pueblo espera una respuesta. Y cuando llegue el cambio, será el pueblo quien encienda la luz de un nuevo futuro.