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Guinea Ecuatorial en la Hispanidad

Por Redacción

11/10/2025

Por Armengol Engonga Ondo, presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial

Cada 12 de octubre, cuando se aproxima el Día de la Hispanidad, algo profundo se despierta en la memoria colectiva del pueblo guineano. Es una fecha que nos conecta con nuestra historia, con nuestra identidad y también con nuestras contradicciones. Nos recuerda el orgullo de haber alcanzado la independencia en 1968, pero también la frustración de ver cómo ese sueño se torció bajo el peso de dos dictaduras que destruyeron las esperanzas de todo un pueblo.

Aquel 12 de octubre de 1968, España, representada por el ministro Manuel Fraga Iribarne, firmó la independencia de Guinea Ecuatorial junto a Francisco Macías Nguema, primer presidente de la nación. Fue un acto histórico, celebrado en el Día de la Hispanidad, que simbolizaba el nacimiento de un Estado libre y soberano. España nos dejaba una herencia valiosa: una administración estructurada, un capital humano formado, un sistema educativo sólido y un idioma común que hoy nos une a más de 600 millones de hispanohablantes.

Sin embargo, lo que debía ser un punto de partida hacia el desarrollo político, social y económico, se convirtió en un largo camino de oscuridad. Francisco Macías Nguema primero, y su sobrino Teodoro Obiang Nguema después, impusieron dos regímenes feroces, criminales y corruptos que, durante más de medio siglo, han condenado a nuestro pueblo al miedo, la pobreza y la desesperanza.
Cincuenta y siete años después de aquella independencia, Guinea Ecuatorial sigue siendo un país sin rumbo, sin libertad y sin alma, víctima del saqueo, de la represión y del olvido.

La Hispanidad como vínculo y oportunidad

Muchos se preguntan por qué los guineanos celebramos la Hispanidad. La respuesta es sencilla y profunda: porque formamos parte de ella. Durante más de dos siglos, Guinea Ecuatorial fue territorio español en el Golfo de Guinea. Compartimos la lengua, la religión, la educación, la moneda y la cultura. Fuimos provincias españolas —Fernando Poo, con capital en Santa Isabel (hoy Malabo), y Río Muni, con capital en Bata— y alcanzamos la autonomía antes de la independencia.
De aquella relación nacieron lazos de sangre, de historia y de valores que siguen vivos a pesar de la distancia y del tiempo.

La presencia española dejó una huella civilizadora innegable. La llegada de los misioneros claretianos en 1849, con figuras como Jerónimo de Usera, introdujo la educación, la asistencia social y la fe católica. Se fundaron escuelas, hospitales y seminarios —como el mayor de Banapá o el menor de Nkuafulan— que fueron los cimientos de una generación de guineanos preparados para liderar su país. En 1968, Guinea Ecuatorial tenía una de las tasas de alfabetización más altas de África y un nivel de vida superior al de muchos países del continente. Aquello era fruto del esfuerzo compartido, del trabajo, de la educación y de una visión moderna de progreso.

De la ruina del presente a la esperanza del futuro

Hoy, el panorama es muy distinto. El régimen de Teodoro Obiang Nguema está agotado, sin rumbo ni legitimidad. La corrupción ha devorado los recursos del país, la economía está colapsada y el Estado se sostiene únicamente por la represión y el miedo.
Pero también es cierto que este colapso abre una oportunidad histórica: la posibilidad real de un cambio político profundo, pacífico y democrático.
El futuro del pueblo guineano no puede seguir secuestrado por una familia y su red de intereses. Es hora de que Guinea Ecuatorial vuelva a ponerse en pie, de que recupere su dignidad, su esperanza y su destino.

El Partido del Progreso y el renacer hispano

Desde el Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, trabajamos por ese renacimiento. En la etapa post-Obiang, retomaremos con vigor nuestra pertenencia cultural a la Hispanidad y normalizaremos nuestras relaciones históricas con el Reino de España.
Queremos construir un país moderno, abierto y plenamente integrado en el espacio iberoamericano. Impulsaremos el mundo cultural hispano con bibliotecas, cines, teatros y centros educativos de excelencia. Reforzaremos la enseñanza en español en todos los niveles —primaria, secundaria y universitaria— y solicitaremos la participación de Guinea Ecuatorial en las Cumbres Iberoamericanas.
Nuestro objetivo es claro: devolver al pueblo guineano el orgullo de ser parte activa de la gran comunidad hispana y construir un futuro basado en la libertad, el conocimiento y la justicia.

Un mensaje para este 12 de octubre

Queridos compatriotas:
El 12 de octubre no es solo una fecha histórica. Es un símbolo de nuestra identidad compartida y una oportunidad para mirar hacia adelante. Debemos honrar el pasado, aprender de los errores y prepararnos para el gran cambio que se avecina.
Este año 2025 marcará un antes y un después. Guinea Ecuatorial está lista para volver a la comunidad de naciones libres, para reconciliarse con su historia y para construir un futuro digno.

La Hispanidad no es un recuerdo: es una promesa.
Y nosotros, los hijos del exilio, seremos los que cumplamos esa promesa.

Un abrazo fraternal,
Armengol Engonga Ondo
presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial

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