Desde Guinea Ecuatorial, un militante del PPGE
Guinea Ecuatorial lleva más de medio siglo encadenada a la tiranía, primero con Francisco Macías Nguema y después con su sobrino Teodoro Obiang Nguema, un déspota sanguinario que ha convertido el país en su propiedad privada. Durante décadas, ha gobernado con el terror, asesinando, torturando y desapareciendo a miles de ecuatoguineanos, dejando tras de sí un reguero de fosas comunes y cuerpos mutilados.

Cientos de imágenes de torturas como esta, tomadas con móviles, nos han enviado desde Guinea
Obiang es el mismo que lanzó cadáveres al barranco del puente Cope. El mismo que ordenó ejecuciones masivas en Nkolayob. El mismo que sumergió a sus víctimas en Nkolo-Bata hasta matarlas ahogadas. La suya es una dinastía de sangre y miedo, sostenida por el robo sistemático de las riquezas del país y el aplastamiento de cualquier voz disidente.
UNA ECONOMÍA SAQUEADA Y UN PUEBLO SOMETIDO
Los Obiang han saqueado Guinea Ecuatorial hasta la médula. Han destruido los bosques con una deforestación salvaje para lucrarse con la madera, han saqueado la aerolínea estatal CEIBA y han vendido hasta los aviones del país para engordar sus cuentas bancarias. Teodorín, el hijo del dictador, se adueñó de los bosques del país, mientras su hermano Ruslán vendía aviones del Estado como si fueran juguetes.

Todos obligados a travestirse con unos harapos ridículos con la esfinge del dictador
La corrupción es el sistema de gobierno. Obiang y sus secuaces, entre ellos Armengol Ondó Nguema, Margarita Ayeto Mburu y Ndong Oná, han amasado fortunas obscenas mientras la mayoría de los ecuatoguineanos vive en la miseria. En Malabo y Bata, la familia Obiang construye mansiones y edificios de lujo con dinero robado, mientras el pueblo malvive sin electricidad, sin agua potable y sin futuro.
TIERRAS ROBADAS, EMPRESAS PRIVADAS, ESTADO SECUESTRADO
Obiang y su esposa han construido clínicas, colegios y haciendas con dinero público, desalojando a familias de sus tierras y apropiándose del material de los hospitales. Incluso han construido sobre cementerios, exhumando cadáveres en las noches para rituales macabros. Han privatizado la venta de medicamentos, convirtiendo la salud del pueblo en otro negocio familiar.
Este régimen no solo mata a sus opositores, también devora a sus propios verdugos. Los que un día sirvieron al dictador han terminado torturados, ejecutados o desaparecidos. Ejemplos sobran: Agustín Ndong Oná, Nquema Eyi, Francisco Mbá Mendama (Efé Pulé), este último, mutilado y dejado morir en una celda, pudriéndose hasta su agonizante final en la Clínica Guadalupe, propiedad de los Obiang.

La «tortura del cangrejo» reservada para los opositores
UNA ESCLAVITUD QUE SE VISTE DE DEMOCRACIA
Mientras el país se desmorona, los Obiang organizan actos propagandísticos como el Día de la Mujer Trabajadora, obligando a las mujeres pobres que venden en los mercados a abandonar sus puestos y asistir a sus mítines. ¿Cómo van a alimentar a sus hijos si no pueden trabajar? No importa. Lo único que cuenta es que la primera dama se sienta adorada.
En Guinea Ecuatorial, la vida se ha reducido a la servidumbre. Si desobedeces, desapareces. Si te rebelas, mueres. Este no es un país libre, es un campo de esclavos con un tirano en el trono.
ROMPER LAS CADENAS: UNIRSE Y LUCHAR

Romper de una vez por todas las cadenas para ser verdaderamente libres
Los Obiang han gobernado con terror y saqueo, pero el miedo no puede paralizarnos para siempre. Guinea Ecuatorial no necesita súbditos, necesita ciudadanos libres. Es momento de derrocar a la familia esclavista que nos ha oprimido por más de 50 años.
No hay vida digna sin lucha. La libertad no se ruega, se arrebata. ¡Basta ya de ser esclavos en nuestra propia tierra! La unidad del pueblo es la clave para echar a los Obiang y recuperar Guinea Ecuatorial.
Queremos que la comunidad internacional escuche nuestro llanto y nuestras reivindicaciones. Guinea Ecuatorial no puede seguir siendo ignorada mientras un régimen asesino nos oprime y nos roba el futuro. Alzamos nuestra voz para que el mundo sepa la verdad y tome acción contra esta dictadura sanguinaria.
¡A la lucha, sin miedo y sin descanso!