Juan Cuevas, Secretario de Formación del Partido del Progreso
Si la corrupción tuviera un rostro en Guinea Ecuatorial, ese sería el de Teodoro Nguema Obiang Mangue, “Teodorín”, actual vicepresidente del país e hijo del dictador Teodoro Obiang Nguema Mbasogo. Con un historial criminal internacional, condenas por corrupción y un descarado estilo de vida financiado con el dinero robado al pueblo guineano, Teodorín no solo representa la continuidad del régimen dictatorial de su padre, sino una evolución aún más peligrosa y despiadada del saqueo nacional. Si llega a convertirse en presidente, su tío Francisco Macías Nguema, el primer dictador del país, y su propio padre se quedarán cortos en comparación con la destrucción que puede causar.
Un historial de corrupción sin precedentes
Desde hace más de dos décadas, Teodorín ha sido investigado y condenado en múltiples países por corrupción, blanqueo de capitales y malversación de fondos públicos. Mientras la población guineana vive en condiciones de extrema pobreza, con 60% de los ciudadanos sobreviviendo con menos de un dólar al día, el vicepresidente ha dilapidado cientos de millones de dólares en yates, mansiones, autos de lujo y fiestas.
Entre 2014 y 2015 Teodoro Nguema compró dos Yates valorados en 250 millones de dólares
1. Francia: Condenado por blanqueo de dinero y confiscación de bienes
En 2017, el Tribunal Correccional de París lo condenó a tres años de prisión en suspenso y una multa de 30 millones de euros por haber blanqueado en Francia más de 180 millones de euros robados a Guinea Ecuatorial. Entre los bienes confiscados se encuentran:
•Una mansión de 101 habitaciones en la Avenida Foch de París, valorada en más de 100 millones de euros.
•Automóviles de lujo, incluyendo Bugattis, Ferraris y Lamborghinis, junto con obras de arte y joyas.
•Colección de Michael Jackson, incluyendo un guante de diamantes valorado en más de 275.000 dólares.
2. Estados Unidos: Malversación y decomiso de bienes
El Departamento de Justicia de EE. UU. lo investigó por haber gastado más de 300 millones de dólares en bienes de lujo, con dinero proveniente de las arcas del Estado guineano. En 2014, se vio obligado a entregar:
•Una mansión en Malibú de 30 millones de dólares.
•Un Ferrari y otros automóviles de lujo.
•Obras de arte y propiedades millonarias.
3. Suiza: Confiscación de coches de lujo y cuentas bancarias
En 2016, la Fiscalía de Ginebra abrió una investigación por blanqueo de dinero y gestión fraudulenta. Durante el proceso, las autoridades incautaron 11 vehículos de lujo en el aeropuerto de Ginebra, entre ellos Ferraris, Porsches y una Bugatti Veyron.
4. España: Blanqueo de dinero y propiedades de lujo
En 2008, la Asociación Pro Derechos Humanos de España denunció a Teodorín por lavado de dinero en bancos españoles. Las autoridades investigaron la compra de múltiples propiedades en Madrid y las Islas Canarias, adquiridas con fondos públicos desviados.
Teodorín Presume en Instagram de su lujosa vida, mientras acusa otros de corrupción
5. Sudáfrica: Compra fraudulenta de mansiones y coches de lujo
En 2004, adquirió dos mansiones en Ciudad del Cabo por 7 millones de dólares y gastó 1,45 millones de dólares en coches de lujo. Estas propiedades fueron embargadas debido a deudas impagas.
Recientes Viajes y Especulaciones
Recientemente, Teodorín asistió a una cumbre sobre salud en Abu Dabi, Dubái. Fuentes no oficiales han sugerido que viajó con un avión cargado de bienes cuya naturaleza no ha sido confirmada. Dado su historial, estas especulaciones han generado diversas interpretaciones.
Una amenaza peor que su padre
Si con todo este historial de corrupción, abuso de poder y saqueo sistemático, Teodorín llegara a la presidencia de Guinea Ecuatorial, el país se hundiría aún más en la miseria. Su padre, Teodoro Obiang, ha gobernado con puño de hierro durante más de 45 años, pero Teodorín ha demostrado que no tiene ni la mínima capacidad de gestión ni el más mínimo respeto por su pueblo.
Su estilo de vida extravagante, sus continuos escándalos judiciales internacionales y su evidente falta de escrúpulos lo convierten en una bomba de tiempo para Guinea Ecuatorial. El pueblo guineano no lo quiere, como han demostrado múltiples protestas y declaraciones de la oposición. Sin embargo, la dictadura de su padre sigue allanándole el camino para perpetuar la dinastía familiar en el poder.
La lucha contra la corrupción debe continuar
La comunidad internacional ha expuesto y castigado, aunque de manera insuficiente, los crímenes financieros de Teodorín. Pero la verdadera batalla sigue siendo dentro de Guinea Ecuatorial. Si el pueblo no logra impedir que este extravagante personaje se haga con el poder, el país corre el riesgo de una dictadura aún más despiadada y corrupta que la de su padre y su tío.
La única solución para Guinea Ecuatorial es poner fin a la dinastía Obiang y luchar por una verdadera democracia. De lo contrario, el saqueo y la miseria continuarán, mientras Teodorín sigue acumulando yates, coches de lujo y mansiones con el dinero robado a su gente.
El Partido del Progreso ya había alertado sobre el peligro de Teodorín
Desde el 16 de febrero de 2012, fecha en la que Teodoro Obiang Nguema reformó la Constitución para introducir ilegalmente la figura del vicepresidente, el Partido del Progreso ya comenzó a alertar del peligro que suponía situar a Teodorín en esa posición. El hijo tonto de Obiang, como lo describen en círculos opositores, fue impulsado para la sucesión por el empeño de su madre, Constancia Mangue, quien pretendía erigirlo como heredero del poder a modo de dinastía familiar.
El Partido del Progreso denunció reiteradamente que esta maniobra no solo consolidaba el nepotismo del régimen, sino que ponía en peligro el futuro del país al entregar el poder a un individuo sin capacidad de gobierno, con un historial de corrupción internacional y una adicción al derroche descontrolado de los recursos nacionales.
Hoy, más de una década después, las advertencias del Partido del Progreso se han confirmado. La comunidad internacional ha sancionado a Teodorín por corrupción y saqueo de fondos públicos, mientras que en Guinea Ecuatorial la población sigue viviendo en la miseria absoluta. Con cada paso que da el régimen hacia la sucesión dinástica, la oposición insiste en que Teodorín no solo es la peor opción para el país, sino un peligro real para su estabilidad.